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Instrucciones para bañar a un perro alérgico.

En los últimos años en el campo de la dermatología veterinaria se ha avanzado mucho en el empleo de tratamientos tópicos, especialmente en la especie canina, en forma de champús de todo tipo; antibacterianos, antifúngicos, antiseborréicos, rehidratantes, emolientes o reestructurantes. Pues bien, algo tan aparentemente sencillo como bañar al perro con un champú terapéutico, puede ser mucho más eficaz si durante el proceso seguimos estos sencillos consejos que enumero a continuación:

– El aire de la habitación donde se realice el baño debe ser caliente, para ello pueden emplearse pequeños calefactores portátiles.

– El agua del baño debe ser tibia o templada, si se calienta en exceso producirá una vasodilatación que puede agravar el picor de nuestro perro alérgico.

– En los primeros baños, es conveniente realizar un primer prelavado con un champú convencional, no terapéutico. Su finalidad es eliminar la grasa acumulada en el manto, descamaciones y detritus celulares, para de este modo preparar la superficie cutánea para la aplicación del champú de tratamiento. Así obtendremos dos beneficios: Ahorro, ya que necesitaremos menos champú terapéutico para el mismo efecto y Eficacia, ya que la superficie de contacto del champú de tratamiento con la piel será mayor.

– A continuación se aplicará el champú medicado, poniendo especial énfasis en la distribución del producto sobre las áreas más afectadas; axilas, ingles, región interdigital…

–  Y ahora viene lo bueno, el perro debe permaner enjabonado un mínimo de 10 minutos, antes de aclararlo abundantemente con agua tibia. Este tiempo de contacto es fundamental para la eficacia del producto y aunque a menudo supone un esfuerzo titánico por parte del propietario, les propongo que prueben a tener un perro enjabonado dando saltos en la bañera durante 10 minutos, agitándose para secarse e intentando fugarse a toda costa para refugiarse en el salón. El resultado sin duda merece el sofocón inicial.

– Por último el secado debe realizarse mayormente mediante el empleo de toallas, aprovechando la temperatura de la habitación caldeada inicialmente, para evitar en la medida de lo posible el uso del secador, ya que este produce una sensación de quemazón totalmente desaconsejable sobre la piel del perro alérgico.

Y ahora a disfrutar del baño.